En la
tercera luna del mes de Rhegeb del año 1258, una horda de tártaros y mongoles
atacaron la ciudad de Bagdad. Los invasores eran dirigidos por Genghis Can.
El sheik Iezid (Alah lo tenga en su gloria), murió combatiendo junto al puente de Solimán; el califa Al Motacen, se entregó prisionero y fue degollado por los mongoles.
La ciudad fue saqueada y duramente arrasada.
La gloriosa Bagdad, que durante quinientos años fuera el centro de la ciencia, las letras y las artes, quedó reducida a un montón de ruinas.
Felizmente yo no asistí a ese crimen que los conquistadores bárbaros practicaron contra la civilización. Tres años antes, después de la muerte del generoso príncipe Cluzir Schá (¡Alah lo tenga en su paz!), seguí para Constantinopla con Beremíz y Telassim.
Debo decir que Telassim, antes de su casamiento ya era cristiana, y al cabo de pocos meses logró que Beremíz repudiase la religión de Mahoma, y adoptase íntegramente el Evangelio de Jesús Cristo, Salvador.
Beremíz quiso ser bautizado por un obispo que supiese Matemática.
Todos los días voy a visitarlo. Llego a veces a envidiar la felicidad en que vive, en compañía de sus hijitos y de su cariñosa esposa.
No queda duda. De todos los problemas, el que mejor resolvió Beremíz fue el da la Vida y el del Amor.
Y aquí termina, sin fórmulas y sin números, la historia sencilla de la vida del “Hombre que calculaba”.
- La verdadera felicidad es –según afirma Beremíz-
poder vivir a la sombra de la religión cristiana.
Se podría decir que el final de la historia fue agridulce, La muerte de El sheik Iezidy, el ataque de los mongoles dejaron una cara de destrucción y caos, y del otro lado la felicidad de Beremiz y Telassim que vivieron juntos y felices bajo las creencias de el evangelio de Jesus, muestra que al final la felicidad llega, y esto es un reflejo de como es la vida, mientras unos son felices otros viven momentos tragicos.
Se podría decir que el final de la historia fue agridulce, La muerte de El sheik Iezidy, el ataque de los mongoles dejaron una cara de destrucción y caos, y del otro lado la felicidad de Beremiz y Telassim que vivieron juntos y felices bajo las creencias de el evangelio de Jesus, muestra que al final la felicidad llega, y esto es un reflejo de como es la vida, mientras unos son felices otros viven momentos tragicos.
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